No hace falta ser tan pijo pero raz¢n tiene
Salvador Sostres en El Mundo
Cuando
tu mujer se va lo primero que redescubres es el silencio. Una casa en silencio
es un jard¡n con flores. Silencio masculino, mollar, soltero. Poner el aire
acondicionado sin tener que encenderlo y apagarlo cada cinco minutos porque el
termostato alterado de tu mujer -y de cualquier mujer- no detecta el calor ni
que hace m s de un mes que ingresamos en el horror del verano. La temperatura
ideal de un hombre solo en su casa no est nunca por encima de los 20
grados.
Desplazar la centralidad del d¡a hacia las horas m s
oscuras. Dormir hasta mediod¡a o quiz un poco m s, hasta la una. Levantarte y
escribir un art¡culo: estrenar el d¡a ganando. Salir de la ducha e ir
directamente al restaurante. Via Veneto, dos y media. Emerger con un Dry Martini
helado y cristalino.
Sol¡amos vivir aqu¡: ahora se ha perdido el gusto por los
aperitivos, pero es la mejor copa del d¡a. La recibes plet¢rico, limpio. Vuelve
a empezar el gran ciclo; soberbia celebraci¢n de la vida.
Almuerzo suave, crudo y fr¡o. Nueve ostras y un tartar
picante sin cebolla. Los postres son para señoritas aficionadas, perdedora
ret¢rica de lo dulce. Sobremesa longitudinal. El primer gin-tonic del d¡a, y tal
vez el segundo.
De
regreso en casa no antes de las seis, duermes la siesta. No m s de dos horas;
una ducha te volver a poner en tu sitio. Corriges el art¡culo de la mañana y lo
mandas. Escribes otro, lees correos pendientes, papeles o links atrasados.
Llamas a tu mujer, le dices que est s trabajando. A las nueve y media sales de
casa; camisa de lino, si puede ser, blanca, y te diriges al restaurante
paseando. En este paseo, ya con el sol infernal apagado, est la est‚tica, el
ritmo del d¡a.
Sopa
fr¡a, lo mejor del verano son las sopas fr¡as. El plato principal, que tambi‚n
sea fr¡o -hace unos d¡as prob‚ en Shunka un espl‚ndido tartar de bogavante. O
bien los niguirisde pez mantequilla de Sushi 99. Frialdad, crudeza. El fuego
todo lo banaliza. No alargar demasiado la sobremesa. Es la hora del bar, de tu
bar. Evitar las terrazas, porque la elegancia es siempre indoor. Hay un
oportunismo esnob e insufrible en las terrazas. La naturaleza es el peor enemigo
de la Humanidad.
Cada
cual tiene que tener su bar, y su barman, sin ceder a las modas ni mucho menos a
la meteorolog¡a. Del Diego, Tirsa. Aqu¡ estamos hablando en serio. Confianza en
lo que funciona y experimentos los m¡nimos. Tomar gin-tonics sin que una voz te
lleve la cuenta o te diga que empiezas a torcer un ojo o que arrastras ya la
lengua. Tomar gin-tonics con tus amigos. Ni muchos ni pocos, los que sean
necesarios. Exprimir la noche hasta que haya dado todo su jugo. Luego llegas a
casa, otra vez en silencio. Has dejado encendido el aire y todas las estancias
est n fr¡as. Una larga ducha de agua caliente y abundante champ£. Bien limpios
los dientes. Desodorante, perfume floral poco consistente. Un ibuprofeno
preventivo si has bebido m s de tres gin-tonics. Antes de acostarse, tratar de
escribir algo, algunas de las frases que se te hayan ocurrido durante la noche y
que ser n la base de un pr¢ximo art¡culo.
A veces
nuestras esposas creen que queremos quedarnos solos para ir con otras mujeres o
para hacer qui‚n sabe qu‚ excentricidades. Pero hacemos exactamente lo mismo que
cuando est n ellas, s¢lo que a nuestro ritmo, sin lecciones y en
silencio.
Entrar
en la cama despu‚s de haber vivido un d¡a con honor y dedicaci¢n, a la altura
del gran regalo de la vida. Entrar en la cama como un soldado con el deber
cumplido. Un d¡a todo para ti y sin haber roto la porcelana.
1 comentarios:
La de la ONCE se va de vacaciones? Y el doble de Paquirrin gozavida?
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